Quinto Elemento

Shura y la paradoja de estar todo el tiempo conectado con todo-todos y a la vez con nada ni nadie


17 de abril de 2019

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por Gustavo Grosso

El Valle Inquietante es el álbum de Shura (Multivac), proyecto musical de Jorge "Shura" Ruchtein. El disco está compuesto por diez canciones que, desde sus letras, inspiradas en el universo de la ciencia ficción y la tecnología, giran alrededor del concepto de la empatía, o, mejor dicho, de la falta de ella. El título alude a una teoría científica acerca de las diferentes reacciones humanas hacia la inteligencia artificial. Las canciones de Shura abordan temáticas personales bajo el ropaje del lenguaje científico/pseudo científico. 

-¿Qué recorrido hace tu disco El Valle Inquietante? 
-El disco comenzó a grabarse a fines del 2015 junto a Nicolás Magistrelli en el Estudio Submarino Naranja y el proceso tardó 2 años entre grabación, edición y Mastering. Venía de un primer disco, “Sonidos de la Tierra”, junto a otros músicos (Monos en Trance) en donde había un color mas acústico y accesible. Tenía ganas de hacer un disco más eléctrico y más de laboratorio. Los temas eran más oscuros y pedían una producción acorde. Participaron del disco Emiliano García Remine (batería), Ignacio Gaztañaga (bajo) y Eduardo Rottari (guitarra),  Santiago Szulman (teclados) y varios invitados. La formación actual la integran Santiago y Nicolás y la completan Nao García (bajo), Juan Gregoric (batería) y Diego Bernasconi (guitarra). Con ellos hace 1 año y medio venimos tocando en CABA, en lugares como La Tangente, La Confitería, CCMatienzo. Con ellos estoy preparando material nuevo para grabar este año, pero la idea es, antes, hacer una presentación de “El Valle Inquietante”.

- Es un título curioso, ¿a qué se refiere " El Valle Inquietante"?  También llaman la atención los nombres de las canciones: "El Niño Dentro del Robot", "Vida Artificial", "Arecibo", "Energía Oscura"... parecen hablar de una temática común. ¿Cuál es esta y cuál es tu vínculo con esa temática?
-Tomo prestado muchísimo de la ciencia y la fantasía a la hora de hablar sobre cosas mías. La ciencia ficción siempre me pareció un lenguaje muy rico para analogías políticas, sociales, existenciales o sentimentales. Incluso el nombre Multivac está inspirado en un personaje de Asimov. El Valle Inquietante "lo robé" de una teoría creada en los años 70, por un científico japonés, Mori, que habla de los diferentes grados de empatía que tiene un ser humano con un objeto a medida que se va acercando en apariencia física a  un ser  humano. Al parecer la respuesta es cada vez más positiva, hasta que la similitud es tan fuerte pero al mismo tiempo, tan perturbadora que ocurre un reacción-curva negativa (un valle). Encontré que varios temas del disco hablaban de un momento personal de difícil comunicación e interacción, potenciado en esta época por las redes sociales. La paradoja de estar todo el tiempo conectado con todo-todos y a la vez con nada ni nadie. Una especie de deshumanización. 

- El disco expone influencias musicales de géneros diversos ¿Quienes fueron/son tus referentes musicales? ¿Y referentes no musicales?
-A pesar de que mi adolescencia transcurrió en los 90, tengo una conexión muy fuerte con la música de los 70, 80. De aquí, García, Spinetta, Cerati, Pandolfo, Paez. Gente que apareció o se consagró en esos años. Y  de afuera de todas las épocas y estilos, new wave, post punk, psicodelia de diferentes épocas, prog rock…D.Byrne, P, Gabriel, Rush, Prince, Steven Wilson. Tanto en literatura como en el cine, la ciencia ficción es uno de mis géneros preferidos: Cortázar, Asimov, Ballard, Dick, Cronenberg, Carpenter, La Dimensión Desconocida. También divulgadores como Carl Sagan. La estética retro futurista. 

-¿Cómo llegaste a la música?
-En mi casa siempre se escuchó folklore y tango, mis hermanos y primos me  introdujeron el rock. Siempre fui tímido. Tenía tendencia a lo creativo y de repente descubrí un lenguaje en donde me sentía confiado y cobijado. Primero como oyente, luego jugando a ser músico y finalmente convirtiéndome en uno. Pero recién me lo tomé en serio varios años después. Integré varios grupos hasta que empecé a presentarme como solista.

- En 2013 grabaste un tema tuyo junto a Pedro Aznar. Contános la experiencia.
-Pedro eligió “Bienvenida”, un tema de mi primer disco, y nos apadrinó en el MICA 2013. Grabamos en vivo en Tecnópolis con Andrés Mayo en los controles. Ya conocía su obra, en Serú y solista, y siempre me pareció uno de los mejores músicos del país. Fue una sorpresa. Fueron días muy felices y lo recuerdo como una de las experiencias más lindas que me dio la música.  Pedro venía de una extracción de muelas e igualmente terminó cantando una estrofa y haciendo coros. Es un intérprete increíble y, cuando él aparece en una música, la hace suya. Fueron breves encuentros, pero muy significativos para mí y los músicos que formaban el proyecto en aquel entonces.

- ¿Qué músicas escuchás actualmente?
-XTC es una de mis bandas favoritas y estoy escuchando remezclas nuevas de sus discos. Estoy alucinado con “Canción sobre Canción”, el disco donde Liliana Herrero versiona a Fito. Tengo etapas de metejones, de revisionismo de toda la discografía de algún artista, ahora me dio ganas de sacar mis temas favoritos de Caetano Veloso. La vuelta hace unos años del vinilo me hizo redescubrir (y en algunos casos volver a comprar) artistas y discos “clásicos”. Y también mucha música nueva independiente. 

-¿Cómo te llevás con las nuevas tecnologías a la hora de producir música? ¿Qué cambió, según tu mirada, en los últimos tiempos con los nuevos formatos?
-La tecnología acorta muchos tiempos a la hora de producir, componer, demear, difundir.  Pero no soy un enamorado de los nuevos formatos para escuchar música. Es una gran herramienta de difusión y exploración. Pero a veces siento que el acceso ilimitado desvaloriza un poco la escucha, por eso creo que el vinilo (u objeto físico) es fuerte entre melómanos como yo, que aprecian el ritual de dedicarse a escuchar y saborear la obra de una manera más involucrada. Sin las distracciones de internet y redes. 
Al mismo tiempo, hay una diferencia en el costo de cómo se consume la música. Así que por más que soy un romántico del formato, estoy dentro de las plataformas musicales, y lo que me es imposible por precio o acceso, lo escucho en “la nube”.

-En medio de la crisis social y económica que atraviesa al país, ¿cómo considerás que está el panorama de la música en Argentina? 
-Por suerte, artísticamente es un buen momento, artistas de todas las edades, grupos o solistas haciendo cosas muy interesantes, Lo que pasa es que ante una crisis como esta y la obligación de priorizar las necesidades básicas, la gente cuida más sus gastos y aun habiendo mucha oferta la convocatoria es difícil.  Músicos, técnicos y trabajadores de la cultura, los espacios se ven muy afectados, el impacto es muy fuerte. 
Me encantaría dedicarme ciento por ciento a componer, grabar y tocar, pero el momento económico y mis responsabilidades como padre, me obligan a trabajar de otras cosas para solventar la vocación. A veces es frustrante por la energía que te consume. Es un gran esfuerzo, y un gran desafío. Pero en cuanto a calidad, y a pesar de que el mercado ahora mira para otro lado o apuesta a los seguro, hay mucho para disfrutar, y para apoyar. 

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