JotaEme presenta su nuevo disco: "La música es lo que nos va a salvar"
31 de agosto de 2018
El guitarrista, cantante y compositor aborda en este material un trabajo audiovisual que recorre Rock y Blues, pero que también revisita el Tango y la Canción, con la participación de Cristina Dall(ex Blacanblus) y el saxofonista Andrés Hayes.
-Tu flamante disco hace un amplio recorrido, que vas desde Hendrix a un aire tanguero ¿Cómo fue el trabajo de armado de los temas que grabaste en Volumen II?
-Volumen II es el resultado del recorrido de mi carrera solista que empezó en el año 2008, después de participar en varias bandas sin un resultado concreto de mi proyecto, con canciones de aquella época como Dontcha say goodbye. Esa canción no fue incluída en mi primera placa "Electrocutado" debido a que no era adecuada para la temática de esa obra. Durante la presentación de los temas de Electrocutado, en el 2012, me dejé de presentar en formato power trío, con el advenimiento del armonicista Nahuel González Castrillón, quien le puso una impronta muy personal al sonido de los temas. Empezamos a componer canciones juntos ya que desde estábamos pasando por momentos personales parecidos: así surgieron La Ruta del Placer y el Beetle´s Blues. El tema Paredón Demagogia, un hard rock que quedó afuera de Electrocutado porque le faltaba un poco de maduración, fue incluído en esta placa. Nahuel me reclamaba que mi placa anterior había sido un disco de hard rock, y que debía componer más hard rock para este material nuevo....pero uno no se sienta un día a componer tipo una máquina para que salgan los estilos de la nada: yo estaba con la cabeza y el corazón más próximo al blues y a los estándares de jazz. Un día él me envió la primer estrofa de El CaniYita para un eventual hard rock: yo leí esa estrofa y pensé "Este no es un hard rock, este es un tango": me puse a terminar de componerlo usando expresiones en lunfardo, para criticar a aquellos que quieren , con su discurso, que pienses y que digas lo que ellos quieren que pienses y digas: fundamentalmente muchos medios de comunicación hegemónicos. (De hecho Teun Van Dyjk ya había descripto el discurso de esos medios hegemónicos hace muchísimos años). Lo mismo sucedió con Ratas de Ciudad: la idea original era la de un hard rock, pero terminó siendo un tema de protesta, acústico, describiendo que los cambios, en realidad son los mismos que ya nos hicieron trizas hace algunos años.
-En tu disco se fusionan varios géneros musicales ¿Se puede decir que la música es una sola?
-El blues y el jazz son hijitos de la música africana. Al igual que el tango. Y el tango porteño, también tiene una similitud con el blues urbano, que es muy nuestro. El rock and roll también viene de la misma rama. O sea, todos los géneros que toqué tienen un origen común.
-¿Cuál fue el aporte que hicieron Cristina Dall y Andrés Hayes a tu disco?
-Con Cristina tenemos una amistad desde hace muchos años. La conocí en un contexto distinto a la música, y después empezamos a juntarnos de vez en cuando por lo musical. Y en lo personal, es una amiga de la mesa chica, de comer en casa en los almuerzos de amigos. Y de ir a recitales de Deep Purple y emocionarnos juntos. Y hay un video en you tube: Trouble in mind, de Big Bill Bronze en un recital que di en la Confitería La Ideal hace algunos años. Yo había sido muy fanático de La Mississippi y Las Blacanblus en los 90, de ir a verlos a la Trastienda los viernes y los sábados. El primer disco de las Blacanblús abre con un rockito que se denomina "No quiero tu dinero": la protagonista reclamaba a su chico que sea un poco menos tímido, que la invitara a salir y que dejara de dar excusas. Ese chico no se animó hasta ahora, 20 años más tarde: ése es el Amante de Cartón, que, cuando se decidió a invitarla a salir a la protagonista de "No quiero tu dinero", o sea Cristina Dall, le fue muy mal....el tren ya se había ido. Cuando compuse ese tema, se lo comenté a Cristina, le encantó la idea, y aceptó participar con su piano, su voz y su arte.
Andrés Hayes, el gran saxofonista de jazz , es el tío de mi armonicista Nahuel González Castrillón. Son una familia musical, que denomino la dinastía Hayes-González Castrillón. He ido a muchos conciertos de Andrés en Thelonious, Bar Virasoro, el Museo Prilidiano Pueyrredón, el Caras y Caretas, y escucharlo me parte la cabeza. Su aporte le dio un toque muy jazzero al funk María Antonella, y al tema chill-out Dontcha say goodbye. Fue una gloria tenerlos a Andrés y a Cristina.
-El formato de Volumen II también incluye un DVD ¿Qué mostrás ahí?
-La idea original de JotaEme Volumen II fue la del DVD, grabado en vivo en el estudio. Lo visual es tan importante o más importante que el audio solo. Cuando querés conocer a un músico desconocido es muy probable que quieras verlo por youtube o por vimeo. En el DVD se ven todos los sentimientos, lo que tocamos. Nada fue regrabado, por supuesto hubo una edición y una masterización. La idea del CD fue a último momento, pensando en aquellos, como yo, que todavía tenemos reproductor de CD en el auto, y lo pense así porque es una buena idea escuchar JotaEme Volumen II mientras estás conduciendo.
JotaEme Volumen II está pensada como una obra, más que una sucesión de canciones. Siempre pido a aquellos que adquieran el DVD en formato físico se tomen una horita de su tiempo y lo vean de principio a fin, para entender el concepto de la obra. Los que no tienen el formato físico, pueden encontrarlo en audio en todas las tiendas virtuales, Spotify, ITunes, Amazon Music, Napster, etc...
-¿Cuáles han sido tus principales influencias musicales desde que iniciaste este andar?
-Primero de todo mi abuelo José de la Cruz: él fue guitarrista y cantor de tango, que si bien no grabó ningún disco ni tampoco fue conocido masivamente, junto con su hermano, el tío Santiago, cantaban en los bares de San Juan y Boedo: mi tío Santiago vivía cerca de Boedo, en Carlos Calvo y Catamarca. Uno de los temas que mi abuela Deolinda amaba, y yo también, era La Ultima Copa. Así que recuerdo los domingos al mediodia, los tangos en la sobremesa. Otro de los cantores de tango, que en realidad viva de su oficio de sastre, fue el padrino de mi hermano, Antonio Bedoya. Él me regaló mi primer guitarra de Antigua Casa Nuñez, a mis 5 años de edad, y gracias a él empecé a aprender, primero en un centro cultural, Martín Fierro, de Avellaneda (mi profesor se llamaba Salvador Sauco). Después vino la adolescencia en los 80, que descubrí a Pappo, a Baglietto, a Celeste Carballo, y toda la movida de aquella época. Después conocí a Stevie Ray vaughan, y ahí fue un antes y un después: quería tocar blues. A través de Vaughan conocí a Hendrix, no al revés: Vaughan era fanático de Hendrix. A Celeste Carballo se la consideraba la Janis Joplin argentina: ahí conocí a Janis, y su disco Pearl. Por casualidades de la vida, años después conocí a Sam Andrew, guitarrista de Big Brother and the Holding Company, donde tuvimos un muy buen vínculo, hasta que desgraciadamente nos dejó hace algunos años. No quiero dejar de mencionar a los grandes cantantes de jazz, Tony Bennett y Frank Sinatra, que me impulsaron a animarme a cantar estándares.
-Desde aquella guitarra que te regalaron cuando eras chico a este momento de tu vida musical pasó mucho aprendizaje, muchas horas de estudio... ¿Por qué elegiste y por qué seguis eligiendo ser músico?
-La música, lo creativo da libertad. Estamos, lamentablemente , viviendo momentos tan dificiles y tan dolorosos en esta amada Argentina debido a actitudes mezquinas de los que están dirigiendo los destinos del país, que la música es lo que nos va a salvar. Todo remedio para el alma es sanador. Un escritor dice sus mensajes a través de sus libros. Mi música no es, solamente, una linda melodía. Es lo que quiero transmitir, y si alguien entiende eso, me considero más que satisfecho.
-¿Qué tenés pensado para la presentación del disco, el próximo 31 de agosto?
-Así como dije que JotaEme Volumen II es una obra, la presentación del mismo en Lucille también va a ser de una obra más que de un recital común y corriente, con capítulos, temáticas concretas, donde los protagonistas no vamos a ser los músicos, sino todos los asistentes. Eso es lo bueno. Poder lograr una comunión entre la audiencia y los artistas.