Gourmet Musical despide el 2018 con las reediciones de varios de sus libros
15 de noviembre de 2018
Gourmet Musical despide el 2018 con las reediciones de Charly en el país de las alegorías de Mara Favoretto, Cemento. El semillero del rock y Vendiendo Inglaterra por una libra.
Charly en el país de las alegorías
Un viaje por las letras de Charly García
Mara Favoretto
La alegoría destruye nuestras expectativas de que las palabras dicen lo que significan. Si bien la alegoría ha sido estudiada en el arte audiovisual, las artes plásticas y la literatura, pocas veces ha sido abordada en la música popular. Charly es un alegorista de nuestros tiempos. Formado en la música clásica e interesado en la literatura mitológica, combina elementos antiguos y nuevos, revitalizando el uso de la alegoría, estrategia retórica de larga tradición, que en sus canciones resurge y se renueva.
El semillero del Rock 1985-2004
Nicolás Igarzábal
De las primeras misas ricoteras a las últimas apariciones de Sumo sobre el escenario, Cemento vio despegar a los grupos sustanciales del rock argentino de los últimos treinta años. Allí, en ese boliche del barrio de Constitución, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota presentaron Gulp!, Luca Prodan y los suyos filmaron todos sus videoclips, los Ratones Paranoicos registraron un DVD, Bersuit Vergarabat se probó los pijamas, La Renga y Divididos actuaron a beneficio de un comedor infantil, Los Piojos regalaron sidra y pan dulce para una fecha navideña, Hermética le dio la bienvenida a Ácido Argentino, Catupecu Machu, Los Violadores y Todos Tus Muertos grabaron discos en vivo de lo más crudos, Flema despidió a Ricky Espinosa y Babasónicos mostró temas de Jessico, entre otros hitos. Refugio del punk, el heavy metal y de las mil variantes del rock, acompañó al crecimiento de Los Brujos, La Portuaria, Los Rodríguez, Viejas Locas, Fun People, Almafuerte, Malón y A.N.I.M.A.L. durante la década de los ‘90, además de recibir a leyendas internacionales como King Diamond, Misfits, Buzzcocks, Lee Ranaldo, Marky Ramone y Queens Of The Stone Age. Grupos consagrados como Las Pelotas, La Vela Puerca, No Te Va Gustar, Fabulosos Cadillacs, Carajo, Massacre, El Otro Yo y Miranda! también dejaron su estela entre esas paredes. Pero al mismo tiempo, este local abierto por Omar Chabán y Katja Alemann en 1985 fue cuna del teatro under y los espectáculos más bizarros que pudieran encontrarse en Buenos Aires. Por todas estas historias, recopiladas por primera vez en un libro, Cemento se ganó el título indiscutido de “El semillero del rock”.
Vendiendo Inglaterra por una libra
Una historia social del rock progresivo británico
Norberto Cambiasso
La tendencia a reducir el rock progresivo a su variante sinfónica, que adalides entusiastas y detractores acérrimos comparten por igual, promueve una mirada sesgada, ajena a las sutilezas de la historia y restringida a unos pocos esquemas formales derivados de la tradición clásica de la música culta que no le hacen justicia a la compleja metamorfosis que caracterizó el escenario musical británico de los primeros años setenta. La eclosión, apogeo, apoteosis y estertor de la música progresiva pertenecen a un período mucho menos luminoso y bastante más recesivo que el de aquellos años sesenta tan venerados por muchos como la era dorada del rock. Un tiempo diferente que al promediar la década siguiente sumirá a Europa en una perplejidad que adquirirá una inflexión casi apocalíptica. Este primer volumen parte del análisis de un par de discos seminales que aparecieron en el verano de 1967: Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de The Beatles y The Piper at the Gates of Dawn, de Pink Floyd. Las múltiples transformaciones que sufre el rock progresivo hasta su decadencia y su pérdida de influencia comienzan con la transición de la psicodelia al prog hacia 1967 y 1968. A partir del año siguiente surge un underground de sonido más urgente y enrarecido, lejos del optimismo de aquel verano del amor, que sienta las bases del prog inicial. Las relaciones peligrosas entre música pop y orquestas sinfónicas de fines de los sesenta (Procol Harum, The Moody Blues y The Nice) constituyen una de sus consecuencias. Otra consiste en el surgimiento de una contracultura hippie en la zona de Notting Hill y en sus derivaciones en el circuito de los free festivals. Finalmente tres ensayos extensos abordan algunas de las bandas más populares del género: Yes, Pink Floyd y Emerson, Lake and Palmer. Otros dos volúmenes, centrados respectivamente en las relaciones de la música progresiva con el folk y con el jazz, completarán una obra que insiste en concebir al prog como parte de una evolución más amplia de la cultura y la sociedad británicas. Erudito y ameno a la vez, este libro es una invitación a conocer en profundidad un período clave de la música popular del siglo xx.
Y estas fueron las otras novedades del año
Desgracias totales de Gustavo Sala, Componer las palabras de Pablo Gianera, Días Distintos. La fabulosa trilogía de fin de siglo de Andrés Calamaro de Walter Lezcano, ¡Qué cien flores florezcan! de Norberto Cambiasso, Más o menos bien. El indie argentino en el rock post Cromañón de Nicolás Igarzábal y Piazzolla ¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! de Oscar López Ruiz.