Quinto Elemento

En junio llega La traición progresista, de Alejo Schapire


17 de mayo de 2019

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Estas páginas son para quienes han comprobado azorados cómo una izquierda que hasta ayer luchaba por la libertad de expresión en Occidente hoy justifica la censura en nombre del no ofender; esa que ayer comía curas y ahora se alía con el oscurantismo religioso en detrimento del laicismo para oprimir a la mujer y a los homosexuales; esa que a la liberación sexual responde con un nuevo puritanismo, que de la lucha contra el racismo ha pasado a alimentar y a minimizar su forma más letal en las calles y en los templos de Europa y de las Américas: el antisemitismo.
Estos capítulos son un intento por comprender las razones, los mecanismos y las consecuencias encerrados en esta traición. Alejo Schapire tiene la lucidez y la valentía para descubrir y señalar los desvíos de esta izquierda en un ensayo tan documentado como audaz. El análisis de la situación actual alerta sobre la tentación totalitaria y el relativismo cultural que acechan desde el progresismo biempensante, pero que también tienen su correlato en el auge del populismo nacionalista y de extrema derecha.
Libros del Zorzal coeditó junto con Edhasa un libro imprescindible que traspone rótulos y categorías en el intento de defender las ideas de manera coherente, sin traiciones, y que de seguro encenderá el debate.

Del prólogo de Pola Oloixarac: "La traición progresista es una salida del closet y una herejía dolorosa, que medita acerca del desencanto con urgencia y lucidez. Interpela a la buena conciencia de izquierda apuntándole a la yugular. Como señala Schapire, 'el colapso de la Unión Soviética llevó a una parte significativa del progresismo a cambiar de sujeto histórico, la clase trabajadora por las minorías'. El imperialismo tiene caminos inescrutables: en efecto, el progresismo puritano es la mayor exportación cultural de un imperio en decadencia y su avanzada cultural más sorprendente. La izquierda tradicional, que siempre denostó los productos culturales norteamericanos, no tardó en engullir los pruritos puritanos y el sistema de valores de la izquierda norteamericana, que sustituyó el multiculturalismo por una guerra racial sorda donde ser víctima es una forma de meritocracia".

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