Quinto Elemento

Alejandro Polemann presenta La vida no sería la misma, junto a Flor de enchastre


18 de septiembre de 2018

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En esta tercera producción de Polemann para este proyecto, la palabra, la opinión, la reflexión y los afectos hechos canción se profundizan a través de una sonoridad variada pero de gran continuidad expresiva.







por Gustavo Grosso

El 22 de septiembre, Alejandro Polemann, al frente del grupo Flor de enchastre, presentará en vivo el disco La vida no sería la misma, una selección de títulos propios sobre ritmos de candombe, murgas de las dos orillas, vals criollo, tango contemporáneo, zamba, samba y chacarera trunca, en un formato marcadamente urbano, rioplatense y contemporáneo. Quinto Elemento charló con Alejandro acerca del disco y de la presentación en Hasta Trilce.

-Alejandro, el disco se llama La vida no sería la misma ¿Qué cosas podrían hacer que tu vida no sea la misma?
-La vida no sería la misma sin nuestros afectos, sin las personas que amamos. Tampoco sería la misma si no estuviéramos peleando para que no nos roben cada conquista que hemos logrado como sociedad. Tampoco lo sería si no hubiésemos podido construir la memoria de los peores (y los mejores) momentos de nuestra historia como nación para intentar no cometer los mismos errores en tiempos presentes.

-Escuchar las canciones del disco abren el camino a sonidos rioplatenses, urbanos... ¿Cómo comenzó el proceso de trabajo hasta llegar a éste resultado? ¿Por qué hiciste este disco?
-El proceso para este disco fue similar que para los anteriores. Permanentemente voy componiendo canciones, trabajando sus músicas, sus letras, con la guitarra, con la voz, con el papel, tachando, reescribiendo, grabando algo, imaginando una sonoridad, probando con la percusión. Luego, cuando la canción ya tiene una identidad clara, lo amplío a la sonoridad del grupo o defino un grupo de instrumentos en los que me gustaría que suene. Este disco, además del grupo estable de batería, bajo, bandoneón, saxo, guitarra y voces, tiene muchas formaciones y artistas invitades: un cuarteto de saxos, una murga estilo montevideano, un bloco de percusión estilo bahiano (brasileño) y cantantes. Entonces, con cada tema trabajé una sonoridad diferente, vinculada a la música o la poesía particular. Si bien me gusta cantar mis canciones, para este disco decidí buscar otras voces que reforzaran el género y el estilo de cada canción. Este disco es una necesidad más: la de decir muchas cosas con la palabra y con la música.

-¿Qué es la Flor de Enchastre? ¿Cómo es el trabajo en conjunto?
-Flor de enchastre es más un “proyecto” que un grupo. Un proyecto en el cuál, desde hace más de quince años, han colaborado gran cantidad de músicxs. La idea siempre fue hacer canciones nuevas, en su mayoría mías, que recorrieran las sonoridades rioplatenses con una mirada actual que, principalmente, rompa las fronteras de “los géneros” para confluir en resultados más diversos. En el primer disco, hay un tema que es una suerte de manifiesto y dice: “Quizás sea cuestión de llamar a la murga, al candombe, a la milonga (...) a esos tangos, esos valses y a esa bronca. (...) Y con todo ese enchastre cantar para que el viento del sur lo desparrame por los cien barrios, por las orillas. (...) Y su sonar ayude a imaginar, un futuro de presentes más felices” De eso se trata la propuesta. El trabajo en grupo consiste en probar ideas a partir de una propuesta compositiva, recuperar las que funcionan mejor y a partir de ello construir una versión de esa obra (nueva o tradicional) que sea identitaria para el grupo, que suene “enchastrada”.

Integran el grupo estable Alejandro Polemann en composición, arreglos, voz y guitarra; Hugo Bochard en coros, batería y percusiones; Miguel Frasca en bandoneón; Federico Salgado en contrabajo y bajo fretless y Alejandro Soraires en saxo soprano. Fueron invitados en el disco Catalina Peña, Victor Testani, Luis Longhi, grupo de tambores Batocando, Germán Gómez, Murga El remolino, cuarteto de saxos Tsunami, Alejandro Presta, Flavio Gauna, Néstor Acuña, Cristian “Cholo” Castello, Rodrigo Carballido, Cecilia Pastorino y Aníbal Colli.

-Hace algunos años trabajaste con el finlandés Petri Kaivanto en un proyecto de tangos finlandeses, tu música varía hoy entre la palabra y la opinión en las letras... ¿Se podría decir que la música es una sola? ¿Por qué sos músico?
-Con Petri seguimos trabajando en el proyecto que aún tiene mucho para dar con quien el año pasado sacamos un nuevo disco. Flor de enchastre, Szapiro-Polemann (mi dúo de tango instrumental para clarinete y guitarra) y Aires de Finlandia son proyectos simultáneos y vigentes. Son distintas expresiones musicales de un mismo grupo genérico de raíz rioplatense, aunque se extienda hasta Finlandia. Y enfatizan distintas formas de producción musical de mi interés: la de cantautor, la de intérprete de guitarra, y la de arreglador. Como músico me interesa hacer un poco de cada uno de esos roles, me cuesta restringirme a una sola función. Creo que soy músico y docente de música porque no podría ser otra cosa, todos mis sentimientos, reflexiones, discusiones e ilusiones giran en torno al sonido. Al sonido de por acá, de Buenos Aires.

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